Ese gesto que no puedes controlar, que lo haces de manera involuntaria e inconsciente, ese gesto nos delata, deja al descubierto que nos hemos olvidado algo, hemos olvidado cerrar la puerta con llave, hemos olvidado ponerle comida al gato, regar las plantas, puede que aún estemos a tiempo. Da igual, al venir el recuerdo a la cabeza, automáticamente nos damos la palmadita en la frente acompañada de un taco maloliente.
La palmada del recuerdo.
Por otra parte también puede ser una palmada de asombro ante lo que estamos presenciando delante de nosotros o acabamos de presenciar con verdadero estupor.
La palmada del estupor.
La palmada del recuerdo.
Por otra parte también puede ser una palmada de asombro ante lo que estamos presenciando delante de nosotros o acabamos de presenciar con verdadero estupor.
La palmada del estupor.
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