El amor sincero de los niños no tiene parangón, incluso cuando los ponen entre la espada y la pared, en una situación tan complicada como elegir entre una piñata llena de suculentos caramelos y deliciosas golosinas, el niño deja al personal boquiabiertos y muestra a todos cuales son sus prioridades en la vida.
Moraleja: no juegues con los principios de los niños, o te acabarán dando una lección. La próxima vez que la piñata no tenga personalidad.
Moraleja: no juegues con los principios de los niños, o te acabarán dando una lección. La próxima vez que la piñata no tenga personalidad.