El ave pasa por delante de su casa todos los días moviendo sus caderas en un vaivén que termina por desquiciar al pretendiente y claro, pasa lo que tenía que pasar, tanto coquetear y tanto insinuarse que el pobre perrito ya no podía más.
Aquí te pillo aquí te mato. Entra para adentro que tu y yo vamos a hacer un buen caldo.
Aquí te pillo aquí te mato. Entra para adentro que tu y yo vamos a hacer un buen caldo.
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