Tener un día de perros: Hoy en día "tener un día de perros" o "pasar un día de perros", entendemos que ha sido un día para olvidar, nefasto, en el que todo nos sale mal. Un día repleto de problemas.
Lástima que se atribuya esta frase peyorativa con tan noble animal, el cual siempre se alegra de vernos pese a que sus días sean agradables o desagradables.
Para entender porque se menciona a los perros dentro de esta expresión, cabe remontarse a la antigua Grecia y la antigua Roma, donde usaban esta frase para referirse a los días calurosos y abrasadores del solsticio de verano, es decir la canícula y no a odiosos días. La canícula es el periodo más caluroso del año. Esta palabra del latín significa "perrita" de canis (perro) y designa a la estrella de Sirio que es la estrella alfa del Canis Maior, constelación conocida también como Canícula por su forma de perro.
Por lo tanto, cuando tenemos encima la Canícula (temporada más calurosa) nos deja "planchados" y "aplatanados" de calor, nos apetece tumbarnos al cobijo de una buena sombra como los perros en verano.
Desearos a todos que no tengáis nunca un día de perros, tal y como lo entendemos hoy en día, aunque sea inevitable tener "días de perro" tal y como lo entendían en la antigua Roma.
Lástima que se atribuya esta frase peyorativa con tan noble animal, el cual siempre se alegra de vernos pese a que sus días sean agradables o desagradables.
Para entender porque se menciona a los perros dentro de esta expresión, cabe remontarse a la antigua Grecia y la antigua Roma, donde usaban esta frase para referirse a los días calurosos y abrasadores del solsticio de verano, es decir la canícula y no a odiosos días. La canícula es el periodo más caluroso del año. Esta palabra del latín significa "perrita" de canis (perro) y designa a la estrella de Sirio que es la estrella alfa del Canis Maior, constelación conocida también como Canícula por su forma de perro.
Por lo tanto, cuando tenemos encima la Canícula (temporada más calurosa) nos deja "planchados" y "aplatanados" de calor, nos apetece tumbarnos al cobijo de una buena sombra como los perros en verano.
Desearos a todos que no tengáis nunca un día de perros, tal y como lo entendemos hoy en día, aunque sea inevitable tener "días de perro" tal y como lo entendían en la antigua Roma.
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