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viernes, 17 de mayo de 2013

Origen de la frase; "A caballo regalado no le mires los dientes"

A CABALLO REGALADO NO LE MIRES LOS DIENTES: Esta frase nos recomienda no ser muy exigentes con aquello que nos regalan o que obtenemos de forma gratuita.
En su origen hacía referencia a los caballos, pero con el tiempo ha ido dejando atrás su vinculo con los equinos y se utiliza para cualquier cosa que nos regalan o que conseguimos sin dar nada a cambio.


Hoy en día, en nuestro afán por acortar palabras y frases, solemos oír solamente la primera parte de la frase; "A caballo regalado..."
Además existen varias variantes de la misma frase:
-A caballo regalado no le mires el diente
-A caballo regalado no le mires el dentado.
-A caballo presentado, no hay que mirarle el diente.


El origen de esta expresión está enlazada con el método que los entendidos empleaban para calcular la edad de un caballo (si no se conocía) así como evaluar su estado de salud. Es una frase que se viene utilizando desde hace siglos y que ahora se ha convertido en una expresión de uso coloquial.

Esta frase se dice en varios idiomas debido a su antigüedad, ya que se atribuya a San Jerónnimo, y que este utiliza en la introducción de su "Comentario a la carta de San Pablo a los efesios:


Parum eloquens sum, quid ad te? disertiorem lege. Non digne Graeca in Latinum transfero: aut Graecos lege (si ejusdem linguae habes scientiam); aut si tantum Latinus es, noli de gratuito munere judicare, et, ut vulgare proverbium est, noli equi dentes inspicere donati.

Soy poco elocuente, pero ¿a ti qué? Lee a otro más erudito. No traduzco bien del griego al latín: pues lee a los griegos (si tienes conocimiento de esa lengua) o, si sólo sabes latín, no juzgues un trabajo que te dan gratis y, como dice el refrán popular, «no mires los dientes de un caballo regalado».



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