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jueves, 14 de septiembre de 2017

Vámonos de cuevas.


Entrar en el interior de una cueva siempre suscita cierta emoción, por su halo de misterio, el profundo silencio y la espectacularidad de su estructura.
La gruta de Fingal  es una cueva marina de Escocia situada en el islote de Staffa, en el archipiélago de las Hébridas interiores, que forma parte de una reserva natural. Está formada por basalto hexagonal, similar en estructura a la Calzada de los Gigantes en Irlanda del Norte, con quien comparte el mismo origen de flujo de lava. Su tamaño, su techo de arcos naturales y los escalofriantes sonidos producidos por los ecos de las olas le dan el ambiente de una catedral natural. El nombre gaélico de la gruta, Uamh-Binn, significa "gruta de la melodía".

La cueva fue descubierta en el siglo XVIII por el naturalista Sir Joseph Banks en 1772. Se la conoció como Gruta de Fingal, pues Fingal (Fionn mac Cumhaill) fue el héroe epónimo de un poema escrito por el poeta e historiador escocés James Macpherson). La composición de Mendelssohn, la obertura Die Hebriden ("Las Hébridas" op.26), inspirada en los ecos de la gruta, recibe popularmente aquel nombre.

El instinto animal.

Un gran felino nunca desaprovecha la oportunidad de acechar a una presa potencial. aunque a veces sea un simulacro o una especie de entrenamiento...