Habent sua fata libelli: Tienen su destino los libros. (Hemistiquio del verso 218 del Carmen Heroicum (verso heroico) de Publio Terencio Mauro. Siglo I d.C.
El verso completo dice:
Pro captu lectoris habent sua fata libelli. Según la inteligencia del lector tienen su destino los libros (Vocabulario Jurídico Latino. www.ucsm.edu.pe) Significa que además de la calidad y el éxito del libro, la suerte o destino es un factor muy importante. Cosa que no pasa hoy en día con escritores consagrados y sus promociones publicitarias.
Los libros siguen vigentes y sobreviven en plena era digital con tecnologías de vanguardia en cuanto a libros digitales y soportes de almacenamiento que pueden acumular ddecenas, cientos o miles de títulos. Pero afortunadamente hoy, todavía hay gente que une su destino al de sus libros y disfruta de ellos casi con todos sus sentidos, acude a su biblioteca como si se tratara de un santuario que alberga la tranquilidad de saber que los libros siempre están ahí siempre que los quiera.
El verso completo dice:
Pro captu lectoris habent sua fata libelli. Según la inteligencia del lector tienen su destino los libros (Vocabulario Jurídico Latino. www.ucsm.edu.pe) Significa que además de la calidad y el éxito del libro, la suerte o destino es un factor muy importante. Cosa que no pasa hoy en día con escritores consagrados y sus promociones publicitarias.
Los libros siguen vigentes y sobreviven en plena era digital con tecnologías de vanguardia en cuanto a libros digitales y soportes de almacenamiento que pueden acumular ddecenas, cientos o miles de títulos. Pero afortunadamente hoy, todavía hay gente que une su destino al de sus libros y disfruta de ellos casi con todos sus sentidos, acude a su biblioteca como si se tratara de un santuario que alberga la tranquilidad de saber que los libros siempre están ahí siempre que los quiera.
Sólo una ínfima parte de la producción literaria del mundo
antiguo se conserva. Ésta nos ha sido transmitida por un hilo muy delgado, que
a lo largo de la historia estuvo incontables veces cerca de romperse
definitivamente. Al reflexionar sobre los azares que han determinado lo que ha
perdurado y lo que ha perecido, es inevitable no suscribir esta afirmación: Los
libros, como los hombres, tienen un destino.